Naturaleza muerta III: La naranja
Dentro de esta cáscara
sostengo todo el zumo del silencio
contra mi pecho estrujado
como migajas de un pan deshecho.
Te arrastro en cada vitamina de mi espíritu,
en cada gajo de mi mundo cítrico porque eres fruto
de cada saliva del beso
suspendido en este naranjo futuro.
Eres hijo del jugo que segrega mi árbol,
de la semilla del abrazo venidero
casi huérfano
que, sin embargo,
no te he dado
todavía.