Alevosía
Yo te pensaba aquel instante
mientras tú penetrabas en un cuerpo extraño,
en un cuerpo que no era el mío.
Y ahora parece no existir cobijo posible
solo soledad sucia, desterrada de cualquier alma.
Mi cuerpo
es un río contaminado
porque yo te pensaba porción de mí misma
y ahora estás manchado de una desnudez
totalmente desconocida a mis ojos.
Ese cuerpo ajeno llegó hasta mí
contigo
como todo el peso del mundo
concentrado bajo la circunstancia
de mi corazón.
Yo te sonreía aquel instante
mientras tú penetrabas en otro cuerpo.
Yo te hablaba de mis huesos de verano
de mis piernas, de mis dedos, de mis labios
mientras tu placer le gritaba a otro cuerpo.
Pero ahora yo solo puedo
buscar las raíces de mi casa,
abrazarme
y unirme a ellas
al igual que tú aquella noche te abrazabas
a aquel espíritu impropio,
a aquel tercer cuerpo.