Piedra y Lucha. Mujer y Furia. Desidia y Masa.
Ojalá mi alma fuera translúcida
y tú pudieras ver
la luz negruzca que arrojé en un segundo esta noche.
Dejé desde mi corazón
a la ciudad entera a oscuras.
Al levantarme de la silla
tenía los huesos desconchados
de alegría.
Me miré al espejo al llegar a casa:
parecía una loca buscando
el calcio de mi vida.
Mi adentro estaba en ruinas
y en las raíces había tormenta.
Ojalá pudiera arrancar esta mala hierba
y matar estos pensamientos
a metralla limpia.
Pero sonreí hacia fuera
y mentí a mi madre por amor.
¡Como si acaso ella no pudiera ver el alma
opaca de su hija!
¡Como si yo para ella también
fuese una extranjera más,
una mujer ajena,
una completa desconocida!