Tórax indígena
Como tronco oprimido
Adiestrado desde la corteza,
Domesticado en el nervio caníbal,
Con madera hostil
Y senil de la espera.
Y en el fango sumido,
Atolondrado como quimera mecida en cuna,
Un tú sin respuesta alguna,
Con mi yo tosiendo gritos de piedra,
Dura como ella sola,
Como suena el quejido de la rama
En lo subterráneo del pecho:
Un eco de ruido ronco,
De astilla mutilada,
De tronco sordo,
De raíz de nadie,
Sin dios ni amo en la tierra.