Canto al hambre II: Himen roto
Muerde el ansia de gemidos chorreantes
Y si tú me esperas
Adentro engorda el alma,
Grasienta, sangrienta de luz.
Hambrientamente lucho yo, con todas mis brechas,
cicatrices y heridas, señales y recuerdos
del hambre, contra tantas barrigas satisfechas:
cerdos con un origen peor que el de los cerdos.
Miguel Hernández