He rescatado este borrador del año pasado. Porque necesito pensar en que buscar una respuesta conlleva aceptar que habrá y existirá dicha respuesta.

Hoy "distinto" de girasoles.
Tengo un diario, en el que no escribo desde hace ya más de dos meses. Le he cogido "respeto". Si tuviera que escribir todo lo que me ha sucedido día tras día, parecería que no es el diario de la misma persona de antes, la que escribía.
Lo acabo de abrir. He leido lo último que escribí.

Hoy, llevo toda la noche aquí pensando. En que me paso el día yendo y viniendo de la estación. Todos los días. En lo poco que me atrae china, lo mucho que me da igual comer a la una que a las tres. Melón de postre y cerezas para merendar en la biblioteca.Con China (volvemos a China,a mis esquemas de colores, a mi letra en jeroglífico para África). Yo estaba escribiendo sobre Mao. Se me terminaron las cerezas, pero tampoco tenía más hambre. Se me gastó el folio, cogí otro en blanco. Me acordé del diario entonces. Llevo escribiendo en el desde el 2003.Tiene muchas páginas escritas. Pero ahora no, Mao no espera.

De vuelta en el tren, en la calle , en mi casa ya. Suele estar vacía. Me tumbo en la cama, estirando las piernas. Cojo el diario como si me contagiara de hace meses al tocarlo. Un terremoto ideológico, emocional. Pero lo he abierto. Y he leido los ultimos días. Me dejé una pista para cuando volviera que ya no recordaba. Y me he respondido.

Y me he puesto a escuchar Struggle For Pleasure, de Mertens. Porque tener miedo de lo que uno ha vivido es firmar tu sentencia de muerte (dentro del pozo). Yo ya no me preocupo. He resistido. Soy más fuerte que todo eso.

La pista:

Necesitar y buscar una respuesta conlleva aceptar que habrá y existírá dicha respuesta.


La encontré.
(Escrito el 24 de junio del 2010)

Muerde el ansia de gemidos chorreantes
Y si tú me esperas
Adentro engorda el alma,
Grasienta, sangrienta de luz.








Hambrientamente lucho yo, con todas mis brechas,
cicatrices y heridas, señales y recuerdos
del hambre, contra tantas barrigas satisfechas:
cerdos con un origen peor que el de los cerdos.

Miguel Hernández

Si te aproximas,
Se destornilla el pálpito
Y escupe el corazón
Deseo a quemarropa.

A veces uno se mira
De frente de costado, de tres cuartos,
Se busca entre las costillas marcadas,
Y los labios rojos.
Y ve algo difuso
Ve un cuerpo
Ve unos ojos
Unos brazos desatados
Dientes a bocados,
Incluso lágrimas
Pero entre toda esa anatomía


No se ve a uno mismo.





(Como me ha gustado siempre la pintura de Chagall. Escuchando hoy esa canción de mi infancia "no has cambiado nada, tal vez una sombra de melancolía en la mirada, aunque sigues conservando ese aire de muñeca virginal, como una madona rusa de Chagall" me he trasladado a otra dimensión. Eterna asociación de ideas)

Como tronco oprimido
Adiestrado desde la corteza,
Domesticado en el nervio caníbal,
Con madera hostil
Y senil de la espera.

Y en el fango sumido,
Atolondrado como quimera mecida en cuna,
Un tú sin respuesta alguna,
Con mi yo tosiendo gritos de piedra,
Dura como ella sola,
Como suena el quejido de la rama
En lo subterráneo del pecho:

Un eco de ruido ronco,
De astilla mutilada,
De tronco sordo,
De raíz de nadie,
Sin dios ni amo en la tierra.