Un día me dormí cabizbaja en mi infancia.
Buceé hasta las entrañas de mis primaveras;
recorté los hijos de las muñecas;
les puse sonrisa, vestido y zapatos.
Le arranqué a las barbies de plástico
uno a uno los cabellos rubios
y terminé 
cuando desperté y vi a mi hermano
jugando junto a la barandilla.
jugando junto a la barandilla.
Dice que le gustan las plantas carnívoras
y que mi padre le compra gusanos
para que los pájaros se los coman.
El balcón de la casa era una selva verde 
donde la miseria brota, 
se reproduce 
y desespera.
 
 
 
 
 
 

 
 
