La estaca
Tirita en las costillas el grito
Desperezado, abstraído
Como el aire henchido de un puño de alquitrán.
Se inhala ese tú tan afilado,
Que apenas sabe a algo,
Sólo a hueso vencido,
A hilo resquebrajado,
A mi Quiero desgajado
Partido por la mitad.