Cuando el cuerpo se vuelve periferia,
duele más el crujido de una hoja
que el silencio de los campos.
Cómo sentir los naranjos cansados.
¿Hay amor inmoral?
me pregunté esta mañana
contemplando la luna, tan inmensa
que parecía más cerca de este planeta
que yo misma de la tierra donde nazco.
Fuera, afuera con mi cuerpo
en el cielo, siento los pasos
de las nubes que se marchan
con otro trozo de niebla.
La carretera magullada,
las ruedas desgastan el asfalto antiguo,
pero las huellas nunca cesan.
El camino parece que pesa o se
vuelve ambiguo con el sudor de los días.
Las cabras pastando
arrancando hierba:
"nunca un amor es inmoral
mientras yo te quiera".
Mientras los frenos traspasan huesos,
mientras el sol arranca de los muros
el color de la mañana,
mi cuerpo se vuelve periferia
y el castillo de Almodóvar una sombra dura infinita.
ABRIRLO TODO por NURIA VIUDA
Hace 20 horas
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