Wonder Tere
Mis manos huelen a ti. Tu olor me atrae de una manera irracional. Recuerdo que me gusta estar contigo mientras huelo los nudillos de mi mano izquierda. Te has quedado en ellos como si hubiera desgajado una naranja. Afuera no hay luces y se escucha la oscuridad. Tu olor se desvanece poco a poco en el silencio de esa ceguera mientras intento capturarlo. Cómo podría decirte eso, sólo puedo balbucear y me siento confusa. No quiero que esperes nada de mí más allá de esto. Las palabras comienzan a teñirse de tonos kitch, pero no miento. Quisiera dividir, multiplicar quizás mi cuerpo y darle el amor que llevo dentro a todo aquel que lo necesite, que yo quiera. No quiero pensar en ti para alcanzar el orgasmo intelectual si me voy a acostar con otra persona que no seas tú. Otra persona importante. Qué me pasa? Quizás es culpa mía por aburrirme con facilidad de todo, de mí misma. No sé. No esperes nada de mí. Haz tu vida. Yo qué sé. No te veré en meses, pero acabo de verte y no tengo perspectiva. ¿Qué me está pasando? No lo sé. Pero no esperes nada de mí. Estoy asustada. Haz tu vida. No esperes de mí más que esta navaja. No esperes de mí más que mis nudillos. Mis manos.
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