Re entender todo de nuevo. Ir al cero desde el mil dos antes de Cristo. No sé qué ni dónde es el cero. Encontrarme a Javi después de casi un año y darle un abrazo. Mirar la calle con unos ojos nuevos. Sentir Córdoba como suelo sagrado, suelo pisado por el amor de la infancia y el del presente. Se derrama e inunda todo este templo eterno de azulejos y ataurique. El fetichismo por tus huellas sutil, como el olor del jazmín que se abre por las noches. El puente en mitad de la nada, rodeado de mazorcas. La cuesta de Luján llena de la arena de un desierto en Recuerdos de mi tierra. Animismo numérico, sinestesia al mirar tus ojos. With love from... Las setas de enfrente de casa mientras suena Mohebius de Babia. El conductor de Tussam gritándome para salir del autobús, pero yo ya estoy en otro sitio, tardo en volver, la gente se ríe... Júpiter y Venus camino de unirse el 27 de agosto. Pero yo quiero a mi corazón recio como el yute para no caer en la más profunda tristeza al ver caerse el cielo y desprenderse de una luna, dejarme sola. El pensamiento que se anticipa a la soledad sólo quiere sufrir más tiempo. Abre la puerta niña sonando de camino a casa. De una puerta a otra, atravesando el umbral durante casi diez minutos desde la estación. Esa canción se convierte en otro puente hacia la nada. Yo subo las escaleras con los taconeos, con el solo trepando por la barandilla. Llegamos los dos juntos, nos esperamos. I am, i am, i am to come i was. Palpo las llaves, suenan a sonajero ya crecido. Abro la puerta y el silencio. La puesta de sol. Luz pura como la del nacimiento. Otra vez el puente en mitad de la nada.
Él y yo, rodeados de mazorcas,
                                                                 tierra

                                                                                                                 
                                                                                            y vida.