Oscura y precaria,
la noche me envuelve.
Las estrellas verticales clavan
un nicho eterno en nuestros corazones.
¿Acaso no soy el polvo de un gigante lejano
la piel de un astro que se extingue?
Somos más que otros:
el cielo del que nacemos
y del que nos sentimos desgarrados,
una constelación rota
un satélite
sin planeta a quien pisarle la sombra
DIEGO VASALLO, TRAYECTORIA DE UNA OLA por PABLO CEREZAL
Hace 1 semana
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